lunes, 27 de marzo de 2017

II MONSARAZ NATUR TRAIL



Vuelvo a Portugal a correr, después Trilhos dos Reis, no participaba en ninguna carrera por montaña, y tan sólo me colocaba un dorsal en la MM de Los Barruecos y Mérida, dos carreras se empiezan a convertirse en marca del calendario.
En esta ocasión marchaba a Monsaraz. Lo llaman el "nido de las águilas" ( Ninho das Águias ) por estar encaramado en una elevación de la infinita llanura alentejana. Es un pueblo totalmente peatonal y tiene sólo dos calles, la Rua Direita y la Rua de Santiago. El campo que rodea Monsaraz tiene vestigios prehistóricos. Dólmenes, menhires y Cromlechs hacen de este lugar uno de los grandes campos megalíticos de Portugal. De hecho durante el recorrido tendríamos la oportunidad de visitar alguno.

 A Monsaraz fuimos 7 corredores del grupo de Mérida, Juanan, Antonio, Gaviro, Sergio, Marco, Julio y yo. Quedamos a las 6:45 (5:45 hora antigua...) donde siempre, donde el de la carretilla. Aún no había amanecido, y tardaría en hacerlo, al menos una hora más, pero no había quien durmiera un ratín en el coche, pese a haberlo intentado.
Llegamos casi una hora antes, por lo que tuvimos tiempo para recoger el dorsal, comer unas torrijas que llevó Antonio, un café y poco más. Empezamos a cambiarnos y a preparar la cosas con las dudas de si llevar chaqueta cortavientos, chubasquero o nada... Yo decidí por llevar únicamente una térmica y manguitos. Me cargué de 5 o 6 pastillas de sales y dos gemínalas, ese sería toda mi reserva para la carrera, más lo que pudiera pillar en el recorrido.
En la salida hubo reencuentro con muchísimas caras conocidas. Por un lado los B-Trail, Javi, David, Paco, el pedazo de fotógrafo Ramón, José. También con Guerra, Fernando, Ángel (gracias por la ropa)... y muchos más.
Así que entre chascar con unos y con otros, no nos dimos cuenta de que dieron la salida, así que tocó remontar desde la cola y cuesta arriba hasta conseguir alguna posición algo adelantada. Empecé a correr demasiado fuerte. Muy fuerte, vamos como si de una media maratón se tratara, parece que no me daba cuenta de que en un momento u otro lo pagaría. Así lo íbamos relatando Guerra y yo durante todos los 20 primeros km, pero ninguno bajaba el ritmo, uno se adelantaba y después se medio-quedaba. Así fueron cayendo km y km. Y llevábamos casi 20 por debajo de 5´/km, demasiado rápido.
Entonces empezaron las primeras rampas, no eran rampas demasiado duras ni de gran desnivel, ya que la cota mínima de la carrera estaba en 165m y la cota más alta en 350m, así que imagínate lo que supondría acumular 1500m en ese tipo de cuestas.

A la altura de el Castillo de Monsaraz´, allá por el 27, me alcanzó Gaviro, y empezamos a bajar del casito los dos. Debo reconocer que nos km antes me había venido algo abajo, y me encontraba bastante cansado del ritmo que me marcó Guerra, pero al comer unas naranjas y un vaso de cocacola, me levantó algo el ánimo y los dos nos lanzamos hacia abajo.. Andrés algo más, hasta el punto de aterrizar contra el suelo. Al comprobar que no tenía nada, seguimos juntos. pero cada vez que contábamos con una bajada muy pronunciada, la plantilla de la zapatilla izquierda se me doblaba. Más o menos aguantaba porque se volvía a colocar, pero llegó un momento en que la doblez permaneció y no me quedó otra que parar a quitarla. Iba muy incómodo. Gaviro se había quedado atrás y me mosqueaba bastante, pero al rato desde lo alto de un cortafuegos, alcancé a verle y comprobar que seguía.
Más adelante me encontré con Julio. Me estaba empezando a encontrar muy bien, con la carga normal de un tipo de carreras de este tipo, y con algún calambre que otro, pero lo aguantaba bien. Pastillas desales, y agua, toda la que podía, para estar bien hidratado, a pesar de no ir lo suficiente.
A penas quedaban 5 km para llegar, ya estaba un poco cansado de rodear y rodear, subir y bajar rampas tan cercanas la una de la otra. Me habían sobrado lo primeros 20, pero la ilusión de llegar con el reto conseguido de la primera carrera en el nuevo proyecto de carácter solidario, me empujaba, y de verdad, que me dio muchísimas fuerzas. Era distinto ahora no sólo corría por mi, si no también por un motivo, por una causa como hice hace unos años con la carrera que creé en Calamonte. Volvía a tener motivación por ayudar, por colaborar y por mirar más allá de nuestro propio ombligo.
En la llegada me pasaron muchas cosas por la cabeza.
Me acorde, mucho de Analice. La organización recordaba esta corredora, que fue uno de los mejores ejemplos de fuerza de voluntad y persistencia en el trial portugués y a quien pude conocer, animar y felicitar personalmente en más de una ocasión. Te echaremos siempre de menos.
Me emocioné, de nuevo al tomar conciencia de que este proyecto de Corro, Donas Viven empieza a ser realidad, y que de verdad, echaremos un cable, o al menos, lo intentaremos.
Oir a paisanos emeritenses, legionarios, animarme y chillar cuando llegué me hizo darme cuenta de nuevo, que aquí no hay rivales, que todos vamos a una, o al menos los que queremos disfrutar del placer de sufrir haciendo lo que te gusta, sin más que disfrutar.
Recordé a dos buenos amigos y ella una tremenda muestra de fortaleza. Acabar esta carrera, tenga la dificultad que tenga, va por vosotros también.

12º Clasificado en la General
7º Masculino M40
Distancia: 43,63 km
Ritmo medio: 6:14 min/km
Calorías: 3.336 C
Tiempo : 4:32:01
Ganancia de Altura: 1.537 m

LA CARRERA.
Bueno, esta no es una carrera de mi estilo, a mi no me va eso de correr rápido, vamos, no es que no me mole, si no que es que no se me da bien, empiezo a sentir un sufrimiento que no me gusta nada.
Pero a lo que vamos, más de 20 km de llano, en el que acumulas unos 350m de desnivel positivo, casi, casi como la media de Mérida, pero con la diferencia de contar con un par de tramos algo complicados, pero muy, muy cortos, de ahí que el ritmo en esto 20 km esté más cerca de 5 que de 4:30. También con tramitos de mucho barro, donde lo que más cuesta es arrastras las zapatillas cargadas de arcilla pegajosa. Te vas al quinto jaral a pillas alguna cuesta, bueno, una de subida y otra bajada. Vamos que no merece la pena desplazarse hasta allí si no es para ver el Menhir en el camino.
Después llegas a la zona de Monsaraz, allí empieza la fiesta, algo más entretenido, de hecho algunos tramos tan peligrosos que la concentración te hace casi disfrutar tanto que casi te olvidas de maldecir los primero 20. Pero no puedo evitar decir que se hace tremendamente pesado ver el castillo todo el rato, y ver que no te alejas, que lo tienes ahí y subes y bajas sin parar, por secciones prácticamente paralelas. Tiene su lado positivo, si te quieres retirar, estás relativamente cerca, o que lo ves todo tan cerca que creerás que enseguida llegaras. Por otro lado, el negativo, se te hace eteeeerno. Crees, como te he dicho antes que vas a llegar, pero no llegas... Si encima a dos km un motorista te dice que aún te quedan 5, o poco antes otro voluntario te dice que ya no se sube nada más, y después te enfrentas a las escaleras, un tanto absurdas... se te hace si cabe más largo. Los tramos de calzada serían espectaculares si las zapatillas agarraran algo. No algo más como podría decir alguno... sólo con algo me hubiera bastado para no bajar casi andando.
Por lo demás el resto genial. Marcaje perfecto, avituallamientos correctos, zona de salida y llegada podría ser algo mejorable en cuanto a recursos o equipamiento. Lo noté algo desolado. El tiempo no acompañaba demasiado, eso es cierto.
En fin, cuando llegue la fecha me pensaré si vuelvo o no.

EL RECORRIDO

WEB DE LA CARRERA

http://trailrunningmonsaraz.com/