domingo, 25 de noviembre de 2018

SIERRA DE PEÑAS BLANCAS


La tarde del viernes parecía tener buena pinta.

Tenía algo de tiempo por la tarde y decidí echarme un rato, corto y desplazarme a las cuatro de la tarde dirección Alange.
He realizado tantísimos kilómetros corriendo y andando por aquella sierra entre Alange y la Zarza, que llegó un momento que empecé a aborrecerlo.
Por Septiembre del 2017, después de 3 meses absolutamente parado, empecé de nuevo a buscar nuevas zonas por la que caminar, y a veces, correr cuando pudiera. Quizás por la previsión de intentar preparar una actividad de esas largas, por las que a muchos de nosotros nos dicen que no estás muy bien de la cabeza. 70-100 km corriendo por unas cuantas cuestas de pequeños y, a veces, no tan pequeños montes. Pues eso, que buscaba enlazar unos y otros sitios por donde llevar a un grupo de corredores. Aquello lo aparqué de nuevo, y lo cierto es que eran zonas bastante chungas por las que ir en invierno, sobre todo por la umbría.
Este fin de semana hemos participado en Geodisea 2018 en el Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara. Allí nos han dado un "curso" de Orientación, para que cuando vayamos al monte todos podamos orientarnos, entre otras cosas, gracias a la umbría... bueno y otros muchos trucos que te lleven a una torre eléctrica. Esto a priori, parece sencillo, pero si tenemos en cuenta la velocidad a la que nos desplazábamos (unos 70.000 km/h) la cosa se complicaba. De hecho, esta mañana nos hemos levantado con algo de mareo...
Parece mentira que a una hora de casa, conozcamos tan poco esta zona, pero estoy seguro que empezaremos a frecuentarlo más. Objetivo de Geodisea conseguido, ¡¡volveremos!!




Pero a lo que iba. La umbría de la sierra de La Zarza.

Resulta en ocasiones casi imposible caminar por esta vertiente de la sierra, una vegetación espesísima y grandes roquedos y pedreras cubiertas de musgo y empapadas, hacen que adentrarse en esa zona, pese a estar a poco más de 300 msn se puedan convertir en una verdadera aventura. Me encanta porque somos pocos los animales que nos movemos por allí. Puede que no vaya rápido, puede que no acumule mucha distancia, ni desnivel, pero acumulo una cantidad de satisfacción, entretenimiento, disfrute y diversión, que esas horas de espera se me hacen más lentas.

Es triste cómo en los tramos más comunes, y sobre todo, los más peatonales, como los senderos PR-BA 47 Peñas Blancas o La Ruta del Arte Rupestre, otros animales, pero en este caso, un toque despectivo, rompen cada vez más los senderos con sus máquinas de dos ruedas. Ya hay zonas en las que es imposible pasar a pie sin correr algo de riesgo.
Pero no sólo esta zona de umbría es la que merece la pena. En la zona de solana (o sea cara sur, como diría nuestro amigo el geomático) puedes encontrarte tramos tan espectaculares como grandes pedreras donde en ocasiones dudarás si estás en esta sierra o a dos mil metros. Mucho más en esta época, otoño/invierno cuando acumule frío y humedad. En verano correrás el riesgo de encontrarte con algún que otro bichillo que puede resultarte incómodo.

Pues mientras espero, seguiré paseando sus laderas, crestas, roquedos, incluso trepando por sus tumbadas paredes de adherente cuarcita.












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