Hace justo una semana que realicé la
última tirada larga, en principio debían ser unos 28 km, pero ya
llevaba unos días con molestias en mi rodilla derecha y sólo hice
22km, para reservar la rodilla. Los entrenos de la semana que esperan
los acortaría, cambié días de carrera por bici y natación.
Pensamos que las molestias en la
rodilla puede ser de la “pata de ganso” o algo así me comentó
la fisio, posiblemente de un músculo que se inserta en el, pero no
recuerdo el nombre. Me colocó una cinta para ver qué tal.
Jueves comida del insti, y Viernes
preparar los últimos detalles para salir sobre las 12. La idea era
llegar pronto, comer en el camino y una buena siesta antes de la
carrera.
De camino paro en Navalmoral a ver a mi
amigo Jose, hacía tiempo que no nos veíamos, y me venía bien una
parada, por eso de que no conviene hacer más de 2 h de viaje....(es
la primera vez que paro por este motivo)
Después tendría que parar un poco
después para comer porque parecía que en la A-6 había retenciones
del narices, y llegaría demasiado tarde a comer en Navacerrada. Un
tuper de pasta, una latita de refresco y jopito.
A pocos km de Navacerrada, de nuevo
retenciones, Fernando Alvez, está esperando allí desde hace tiempo.
Al final sobre las 17 llego a Navacerrada, me encuentro con Fernando
y vamos a por el dorsal. La camiseta un poco cutrecilla, la braga que
te dan tiene mejor pinta, y publi, pa no variar. Echamos el cafelito
de rigor, y empezamos a hablar de la siguiente. TRANSGRANCANARIA.
Casualmente poco después nos encontramos con un puesto donde
promocionan la carrera, una simpática chica nos regala una camiseta
de The North Face, así que más contentos que unas castañuelas...
De aquí a intentar dormir un poco.
La verdad es que con calor, el coche no
es el lugar más ideal para echar una cabezada, En el UTSM, en la
casa rural, me pegué dos horas profundamente sopa, aquí a penas
pude cerrar los ojos del calor. Casi en pelotas dentro del coche, y
sudando como un pollo.
Nada, empiezo a preparar las cosas y
decidir qué llevarme. Los geles, barritas, y los huesitos están
calentorros. Preparo unos bocadillitos de jamón cocido y queso.
Quedamos con Javi Moreno, Paco, Rubén
y Jose para cenar... pasta, bueno algunos unas pizzas. Después se
incorpora el equipo de Villanueva, Víctor, Julio, Jose y Fito. Joer
allí estamos unos pocos. De la larga creo que el único novato en
esta soy yo...
También anda por allí Marco A. de
Mérida del Diocles, pero hasta la salida no le veo (Dió una buena
voz en la salida, mirad el vídeo)
A las quedamos de nuevo para
control... bueno o lo que sea, el control consiste en responde SI a
la pregunta “¿Lo llevas todo? ¿Y pilas?” así pasamos unos
cargados hasta los ojos, otros con lo mínimo. (Esto es algo que no
entiendo muy bien, muchas exigencias para luego...)
Algunas fotos en la línea de salida,
cerca de las 23:00, ya empiezan los nervios. Ya es de noche.
Se oyen entrevistas a los “grandes”
aunque grandes somo todos los que estamos en ese corralito.
Mucha gente, demasiada, estamos los de
80 y 110 km. Esto no me mola nada, demasiado masificado. Creo que
debe ser regulado este aspecto en esta carrera.
Cuenta atrás.
Preparo la cámara de vídeo del tlf.
10-9-8-7-6-5-4-3-2-1....
A tropel. Uff, un buen rato caminando
hasta que se ensancha la calle. De los 6 o 7 que estamos,
desaparecemos todos, en 200m cada uno ya va por su lado. Joer me da
la sensación de que voy a ir de nuevo solo, pero es que yo prefiero
regular mi propio ritmo.
Salmos de Navacerrada, una pista de
tierra, una niebla... de polvo, vaya mierda, parecemos un rebaño de
ovejas levantando una impresionante polvareda.
A los 3-4 km desvío para coger una
senda. Pfff, de nuevo vaya mierda, un montón de tiempo caminando,
parando, por una senda que a penas cabe una persona, no te dejan
pasar, y los que te pasan medio a empujones... esto no me mola nada,
como siga mucho tiempo así, paso y me doy la vuelta.
Así estuve un bien rato. Pensando que
esto será un puro coñazo.
Mierda de nuevo, no cambié las pilas
del frontal y la luz es tan tenue que la de los que están detrás de
mi, me provocan sombra con mi propio cuerpo, y mi frontal no es capaz
de neutralizar.
Tengo que parar, lo hago en la Fuente
de la Campanilla, el agua está que te cagas de fresquita, bebo y
cambio el agua caliente de mis botellas, cambio las pilas, me
encuentro un poco más animado.
Empezamos la subida a la Maliciosa,
sube, sube, sube.... así unos 7 km hasta superar los 1000 m+ del
tirón en 7 km. Los últimos 600 m son más abiertos y se “circula”
mejor. Ahí puedo adelantar unos cuantos y desahogar un poco las
retenciones.
Primer control en Maliciosa,
impresiona, cuatro o cinco calles iluminadas con luces rojas a 2200m
de altitud. Mola. Esto me va gustando más. Me encuentro genial, casi
sin darme cuenta me he quitado ya un buen cachito.
Pero de nuevo todo cambia a “mierda
de bajada” cuando nos empezamos a juntar un mogollón de peña
bajando. La bajada es muy técnica, pero no considero que tanto para
cómo bajaba la gente. Lo peor es que no te dejaban pasar, era como
si a algunos se les fuera la vida en la bajada y no querían perder
ni un solo puesto, y joder quedan 100 km.
Ese apretar, parar, correr, frenar...
cada 10 segundos, me empieza a cargar la rodilla, y empiezo a notar
las primeras molestias. Pese a eso, arriesgo un poco más en la
bajada (un poco bastante) para quitarme un buen grupo de gente y
poder llevar mi propio ritmo, pero ya ando tocado.
Llego al avi de Canto cochino, así que
para evitar atascos en la siguiente subida, paro poco, no necesito
nada. Mando un guasap a la famili (ya les llegará) eran las 2 de la
mañana, tres horas para hacer a penas 18 km...
La subida siguiente es corta, siguiente
avi, km 30 aprox, y empezar a subir a la Morcuera, casi otros 800m+
subiendo en unos 10 km pero muy llevaderos, por pistas muy cómodas,
pero muy aburridas. Subo bastante bien, no tengo problemas en la
rodilla, o al menos no lo noto...
Empiezo la subida sobre las 4 de la
mañana.
Arriba está sobre el km 40, ya
clareando, arriba hacía frío y había un corredor arropado con una
manta, con muy mala pinta. La verdad es que era para parar poco. Hace
aire, es frío, y vas muy sudado. Pero, no es necesario un
cortavientos en principio, pero la bajada hay que hacerla activo para
no enfriarse mucho. La parada en el control es muy corta, a penas
unos trozos de naranja, cocacola, gominolas, y saco mi segundo
bocadillito.
Comienzo a bajar, a buen ritmo, pero
ahora de nuevo me acuerdo de la rodilla, igual fue el frío, o lo
mismo, que ya está diciendo basta.
Me había dado algunos golpes, y un par
de torpes torceduras de tobillo, al mantener el equilibrio, giré la
rodilla, y me avisó de que eso no lo hiciera más, que como vuelva a
tener algún tropiezo, se revelaría y me haría mucho daño.
Seguí bajando pero con mucho cuidado,
por donde yo podría ir a toda pastilla, a penas iba a 6/7m/km. Ya
empiezo a darle vueltas a la cabeza.
Veo Peñalara al fondo, y recuerdo el
tramo de bloques hasta la cima, me empiezo a agobiar.
Comienzan los pensamientos de que por
ahí lo iba a pasar mal, y en la bajada de Peñalara, con la carga de
ese tramo iba a alucinar.
¿Qué hago? ¿Sigo después de
Rascafría hasta el siguiente control? O no arriesgo más. En
Rascafría la retirada es fácil, porque hay mucha gente, turistas...
y no sería difícil llegar pronto a Navacerrada.
Pero la verdad es que estoy a tope de
fuerzas, no estoy nada cansado, puedo terminar bastante sobrado de
fuerzas.
Tardé 8 horas en la primera mitad, en
hacer 55 km y +2500m. Es inevitable pensar en los tiempos, pero
podría terminar en unas 18/19 horas. Serían unas 10 más. Y de día
disfrutando del paisaje, subiendo a Peñalara, con mi familia que se
desplazaría a la Ganja... tenía todos los ingredientes para
seguir, al menos hasta la Granja.
Pero para parar en la Granja e ir
fastidiado, me paro aquí.
¿Qué hago?
Todo esto me va rondando en los últimos
km de la bajada.
Llego al puente del Perdón en
Rascafría y decido que hasta aquí he llegado. Quedan dos km para el
avi y el control, son cerca de las 7:15 de la mañana, ya no quiero
ni correr.
Empiezo a caminar. Pero troto un poco
para ver sensaciones. Duele.
De nuevo me doy cuenta que lo mejor es
parar.
No puedo evitar que las lágrimas
broten de mis ojos.
No se si por no terminar o por el
agobio de la rodilla.
Llamo a Belén para tener una nueva
opinión. Pero claro a esas horas está dormida.
Decidido.
Mando whatsapp a la Familia con la
decisión.
“Abandonp en Rascafría”
Llegué al Polideportivo y pongo en
Facebook, “hasta aquí he llegado, no puedo más”
Ya saben todos que no he terminado el
GTP13.
En el poli, como, aunque no tengo
muchas ganas. Me cambio de ropa, me pongo la previsible para el
segundo tramo, no sea que me de por seguir.
Pero no, mejor no.
Resignado cojo recojo todas las coras
que hay tiradas por el suelo, camisetas sudadas, calcetines sucios,
medias de compresión, mallas sucias...
Recojo todo, lo aprieto en una mochila
y me acerco lentamente al control.
“Verá.... es que... no puedo
seguir...abandono la carrera...”
Entrego mi dorsal, como si me
despidiera de algo importante, pero no es más que un papel, con el
número 154.
Subo las escaleras del Polideportivo y
me dirijo a la carretera. Allí me siento, reflexiono, y comienzo a
hacer autostop. No estaba para perder mucho tiempo con los autobuses
de la organización. Me costó dos viajes llegar a Navacerrada.
Se había acabado todo.
Aviso al resto de mis compañeros.
Me voy a Cáceres.