lunes, 26 de noviembre de 2018

BAJO LOS CIELOS DE ASIA

"Bajo los Cielos de Asia" es un libro de Iñaki Ochoa que relata una preciosa época de su vida, toda centrada en el Himalaya. Podrás disfrutar y vivir con su lectura algunas ascensiones, e incluso puedes imaginarte en algua de ellas.
Fundación SOS Himalaya. Facebook
Iñaki fue un alpinista o himalayista Navarro y guía de alta montaña que ha participado en más de 200 expediciones en el Himalaya. Ahí es poco, casi que podemos decir que pasó su vida allí. Escaló 12 de los 14 ochomiles.
Cuando llegas al final del libro puedes leer el texto que su padre (Iñaki Ocho de Olza Sanz) leyó en su homeje en Julio de 2008. Entonces la lectura se inunda de un absoluto silencio. Es como si de repente todo el mundo callara.
Ahora me pongo a leer "Los catorde de Iñaki" de su amigo Jorge Nagore. Donde parece se va a relatar el impresionante despliegue llevado a cabo para su rescate. Supongo que tal y cómo presentan este libro, y cómo relata su hermano en el prólogo, Iñaki debió ser un gran alpinista, perdón, un gran Himalayista, pero sobre todo una excelente persona.
Si compras este libro, los beneficios de derecho de autor van destinados íntegramente a Nepal "para socorrer a un puñado de niños que no tienen nada". Abajo podrás tener acceso al enlace.

Iñaki tenía por objetivo recaudar fondos para levantar un orfanato par alos niños de Katmandú, un hospital infantil en Pakistán y una escuela en Dharamsala. Falleció a 7400 m de altitud en el Annapurna el 23 de Mayo de 2008, una de las motañas más difíciles de escalar con 8091 msn.

Digo que Iñaki debió ser una gran persona, también, porque antes de su intento de rescate, con él se quedó su compañero y amigo Horia Colibasanu, que permaneció con el, a esa altitud durnate tres días, hasta que fue relevado por Ueli Steck. Iñaki describe en su libro, en varias ocasiones lo que supone exponer el cuerpo a esas alturas. La degradación y el desgaste a que se somete. A su madre le contaba que a esas alturas no hay tecnología que valga para salvar una vida, cuando en ocasiones se sentaban en el salón de casa y les contaba sus experiencias en el Himalaya.
Tanto Horia con Ueli arriesgaron para estar a su lado mientras desde abajo se preparaba el rescate.
Otro alpinista implicado en el rescate, Denis Urko, portaba medicinas y oxígeno para Iñaki y otros 11 alpinistas equipando la vía. Pero murió unas horas antes de que éste llegara.
Nombra también en el libro, y al final en agradecimientos a Myriam García, también fallecida, autora de "Bájame una estrella" libro que me ha acompañado muchísimo tiempo y que recomiendo encarecidamente.

Hay algo especial en esto de los montañeros, y sobre todo en alpinistas. No sabría describirlo ni explicarlo, porque son cosas que uno siente y no puede redactar. Las relaciones, los lazos de unión que pese al paso de muchos años, no se pierden y siguen ahí. A veces, aunque no los veas.

Ya conté una ocasión la primera vez que subía a Gredos con la Agrupación Emeritense de Montañismo. Paramos, en la carretera a recoger a un extraño personaje, con el que después tendría una excelente relación. Y yo que pensaba "¿A dónde iría el loco este, sólo hacia Gredos? Qué cague..." Pero cuando le fui conociendo me enseñaría tantas cosas que me ayudaron a responder a esa pregunta. Yo mismo he subido decenas de veces sólo a Gredos y otros muchos lugares. Él acabaría pereciendo en los Alpes.
Mis primeros piés de gato.
A mi todo lo que rodea a este mundo me trae buenos recuerdos. La gente que ha pasado por mi vida, los que he conocido, los que me reencuentro, mis inicios, esos primeros crampones de correas Camp, y esos pies de gato "free Climbing Crack", que me regalaron mis padres en tras un viaje de quimio a Madrid, fueron, quizás la señal de lo que vendría después.




..si puedo organizarlo y si todo va bien en el Dhaula y el Annapurna, (a donde iré la próxima primavera), entonces creo que en diciembre del año que viene (2.007) saldré en bicicleta hacia Katmandú.
12.000 km en tres meses. Después intentaré escalar el Kanchenjunga, que podría ser el que complete los catorce. Tras bajar a Katmandú volveré a casa corriendo 50 km por día durante los siguientes 6 meses siguiendo el mismo recorrido que a la ida en bici ¡En navidades del 2008 en casa!
La idea no es hacerme muy famoso sino empezar a devolver a los niños de Asia lo mucho que me han dado en forma de aprendizaje, llamando la atención sobre sus necesidades y recaudando dinero para repartirlo por allí, en un orfanato de Katmandú, en un hospital del norte de Pakistán y en una escuela de Dharamshala, donde los niños tibetanos están exiliados… los tres países por donde yo me he movido…
…el proyecto se llamaría SOS HIMALAYA…
https://soshimalaya.org/


domingo, 25 de noviembre de 2018

SIERRA DE PEÑAS BLANCAS


La tarde del viernes parecía tener buena pinta.

Tenía algo de tiempo por la tarde y decidí echarme un rato, corto y desplazarme a las cuatro de la tarde dirección Alange.
He realizado tantísimos kilómetros corriendo y andando por aquella sierra entre Alange y la Zarza, que llegó un momento que empecé a aborrecerlo.
Por Septiembre del 2017, después de 3 meses absolutamente parado, empecé de nuevo a buscar nuevas zonas por la que caminar, y a veces, correr cuando pudiera. Quizás por la previsión de intentar preparar una actividad de esas largas, por las que a muchos de nosotros nos dicen que no estás muy bien de la cabeza. 70-100 km corriendo por unas cuantas cuestas de pequeños y, a veces, no tan pequeños montes. Pues eso, que buscaba enlazar unos y otros sitios por donde llevar a un grupo de corredores. Aquello lo aparqué de nuevo, y lo cierto es que eran zonas bastante chungas por las que ir en invierno, sobre todo por la umbría.
Este fin de semana hemos participado en Geodisea 2018 en el Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara. Allí nos han dado un "curso" de Orientación, para que cuando vayamos al monte todos podamos orientarnos, entre otras cosas, gracias a la umbría... bueno y otros muchos trucos que te lleven a una torre eléctrica. Esto a priori, parece sencillo, pero si tenemos en cuenta la velocidad a la que nos desplazábamos (unos 70.000 km/h) la cosa se complicaba. De hecho, esta mañana nos hemos levantado con algo de mareo...
Parece mentira que a una hora de casa, conozcamos tan poco esta zona, pero estoy seguro que empezaremos a frecuentarlo más. Objetivo de Geodisea conseguido, ¡¡volveremos!!




Pero a lo que iba. La umbría de la sierra de La Zarza.

Resulta en ocasiones casi imposible caminar por esta vertiente de la sierra, una vegetación espesísima y grandes roquedos y pedreras cubiertas de musgo y empapadas, hacen que adentrarse en esa zona, pese a estar a poco más de 300 msn se puedan convertir en una verdadera aventura. Me encanta porque somos pocos los animales que nos movemos por allí. Puede que no vaya rápido, puede que no acumule mucha distancia, ni desnivel, pero acumulo una cantidad de satisfacción, entretenimiento, disfrute y diversión, que esas horas de espera se me hacen más lentas.

Es triste cómo en los tramos más comunes, y sobre todo, los más peatonales, como los senderos PR-BA 47 Peñas Blancas o La Ruta del Arte Rupestre, otros animales, pero en este caso, un toque despectivo, rompen cada vez más los senderos con sus máquinas de dos ruedas. Ya hay zonas en las que es imposible pasar a pie sin correr algo de riesgo.
Pero no sólo esta zona de umbría es la que merece la pena. En la zona de solana (o sea cara sur, como diría nuestro amigo el geomático) puedes encontrarte tramos tan espectaculares como grandes pedreras donde en ocasiones dudarás si estás en esta sierra o a dos mil metros. Mucho más en esta época, otoño/invierno cuando acumule frío y humedad. En verano correrás el riesgo de encontrarte con algún que otro bichillo que puede resultarte incómodo.

Pues mientras espero, seguiré paseando sus laderas, crestas, roquedos, incluso trepando por sus tumbadas paredes de adherente cuarcita.