martes, 1 de enero de 2013

EMOCIONES COMPARTIDAS. CARRERAS DEDICADAS.

Afrontar una carrera, sea de 100 km o sea de 5 siempre es un reto para cualquier persona.
Yo llevo menos de dos años practicando este deporte de correr, he realizado medias maratones por asfalto y sobre todo carreras por montaña.
Emocionante la llegada de Portalegre
Acabar cualquiera de las pruebas en las que he participado es todo un reto para mi, algunas de ellas estoy convencido de que las acabaré, pero sigue siendo un reto el terminarlas.
Sea el tipo de carrera que sea, todas tienen algo en común, la puesta a prueba de tu cuerpo y sobre todo de tu mente.
Recuerdo que cuando acabé la primera media maratón que corrí, en Almendralejo, en 1h32m, no paraba de echar lágrimas, nunca pensaría que eso fuera a terminarlo. 21 km corriendo sin parar, qué locura. En ese momento tuve el apoyo inestimable de mi familia, mis enanos animando, y animados por Belén hacían que cada vez fuera más amena la carrera.
Un reto es todo aquello que uno se propone iniciar y terminar.
Para inicarlo y terminarlo con bunas sensaciones es necesario que algo te motive a hacerlo. Para mi, que llevo varios años moviéndome por el monte, mi mayor motivación durante una carrera es el disfrute durante la misma. Observar los paisajes, los senderos, las especies que te rodean, el ambiente de los corredores y los ánimos de los que te adelantan... o adelantas.
He conocido mucha gente en las carreras por montaña, Pedro, Teo, Miguel, Victor, Luis A. Pablos, Carlos, Javier (comesuelas), Kiko... todos nos damos ánimos antes durante y después de la carrera, aquí no se trata de ganar, se trata de ganarte.
Y hablando de ganarte, aparece la cuestión del límite del cuerpo.
¿Cuál es?
Después de las carreras ultras que he realizado (UTSM y Trail del Aneto) rondan a mi alrededor frases como que "eso no debe ser bueno para el cuerpo", frases que dice gente que me rodaea.

Llegada a la IV Carrera Pencona 2011. Con la mano al cielo...

¿Alguien se ha preguntado quién trabaja más es estas pruebas? El cuerpo o la mente.
Estar 20 horas corriendo/caminando solo durante una prueba deportiva da mucho que pensar. Tanto que a veces no sientes el cansancio ni el dolor en varias ocasiones.
En el UTSM pensé mucho, fue una prueba dura, a penas dos meses de entreno para correr 100 km con 3300m de desnivel. 15 horas. Solo. hablándome.
En el Trail Vuelta al Aneto 2012
En el trail de Aneto fueron más de 20horas. También solo. pero con mucho más sufrimiento físico. Tanto que el cuerpo me pedía parar. Sentía en tramos tanto frío que lo único que deseaba era dormir. Pero en situaciones tan difíciles empiezas a recordar los tramos en los que has disfrutado tanto, en lo que llevas detrás y por los caminos que has caminado, los entrenos realizados y el sacrificio para ello. Pero sobre todo en las personas que quieres. En mi mente no desaparecía ni un solo segundo varias personas.
Por un lado mi madre. Puede que la única excusa de toda esta aventura haya sido venir aquí. Sencillamente porque después de pasar una semana con unos 16 años en Benasque, ignorando como un adolescente o huyendo la realidad, llegué a Mérida desde Benasque y recibí la peor noticia de mi vida. Volver a Benasque ha sido una verdadera prueba de fuerza. Recuerdos y arrepentimientos a los que me he enfrentado.
Esta carrera es de ella.
Por otro Belen, que me acompaña a todas las carreras, unas veces asistiendo para animarme como si fuera la final de un torneo mundial y siempre animándome a seguir adelante y apoyándome.

Emociones compartidas con Belén. Gracias.
Y mis niños que ya se han acostumbrado a que papá se vaya a correr casi todos lo días.
De esto piensa uno en una prueba tan larga, de lo que me ha sucedido a lo largo de muchos años y compartiéndolo con parajes excepcionales.
Las sensaciones no se pueden explicar. Llevo toda la vida ligado al monte, aunque desde pequeño fuera a sitios como Sierra de Arroyo o Calvitero (cuando mi padre me llevaba, y arriba nos sentábamos a comer salchichón casero, de matanza buena, con pan y alguna pieza de fruta). El monte es parte de mi y no podría explicar por qué me siento tan bien allí arriba.
Mi padre y mis niños en el Castillo de Marvao. UTSM 2012

Por eso pienso que malo para el cuerpo, pruebas de este calibre no lo son. Más bien todo lo contrario. Son maneras o terapias que ayudan a uno a conocer lo que es capaz de hacer. De tener y adquirir confianza de que puedes conseguir lo que te propongas, de que puedes mejorar, de que puedes conseguir objetivos, de valorar la satisfacción de ello (pese a acabar lesionado este año, aunque uno nunca sabe a ciencia cierta si es por correr).
Cuando corro, corro conmigo mismo, para mi en una carrera sólo estoy yo, porque si estuviera contra alguien, para ganar a alguien ya no sería lo mismo, dejaría de tener el interés que tiene en mi, y me vería obligado a dejar de hacerlo.
Conocer gente es uno de las atracciones de esto- UTSM 2012

Así que mi consejo a todo/a que se anime a realizar pruebas que parece imposibles, ya sean de 10 como de 100 km, ánimo y disfrutad de la emoción de atravesar una meta después de superar las dificultades que creías imposibles.
Porque, que os quede claro, todo se puede conseguir.
Saludos

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres un crack. Siéntete orgulloso Javi. Buen padre, buen hijo, buen marido y como no, buen amigo. Te animo a que le sigas echando kms a tus patas. Yo te acompañaré siempre que pueda y mis ettos me lo permitan. Cuídate y un fuerte abrazo para los cuatro.
Marcos Franganillo

Javi dijo...

Gracias MArcos, tu también eres grande. Un abrazo, además sabes bien lo que me ha costado todo esto. Saludos.

Luis Leal dijo...

Es con mucho placer que te veo tan motivado y con la ilusión de un niño en este mundo de las carreras querido amigo. Me emocionó ver esas palabras en portugués... Para siempre llevaremos un rincón de España en nuestro corazón (V.A.) y eso nadie nos puede quitar.
Un fuerte abrazo y un gran beso a Belén y precios hijos Héctor y Elsa.
FELIZ ANO NOVO DE 2013
Os queremos mucho,
Luis, Elsa y Santi

Javi dijo...

Obrigado Luisiño. Tenemos ganas de veros. Un abrazo