miércoles, 18 de octubre de 2017

ULTRAIL LA COVATILLA "MODO ESPECTADOR"

ULTRAIL LA COVATILLA
El pasado fin de semana se celebró la segunda edición del Ultrail La Covatilla, carrera en la que perticipé el año pasado y en la que disfruté de lo lindo, por ser una carrera dura y técnica, y pocas coo esta hay cerca de aquí, sobre todo después de la desapaarición del Ultra de Gredos.
En esta ocasión no podía correr, ni estaba preparado físicamente, ni razonablemente no debía someterme a estas alturas a un esferzo de semejantes características.
ya llevaba varios días con el deseo de subir, al menos a verlo, y dudaba si anímicamente me vendría bien, o la tristeza de enfrentarme a la realidad de no poder participar junto al resto llegaría a ser contraproducente.
  Pero lo cierto es que cuando a uno le gusta la montaña, lo mejor es ir hacia ella.
La noche anterior lo pasé casi con los nervios típicos de una carrera, dormir poco y dar muchas vueltas por la cama. Así las horas pasaban despacio, demasiado despacio, hasta que finalmente los movimientos de muebles y cubos de fregona de la vecina del tercero me dijeron "márchate ya" a eso de las cinco de la mañana.
FERNANDO-GUERRA-YO
Tenía todo preparado, salvo un bocata de pechuga de pollo empanado que me hice en unos segundos, y a oscuras, en la cocina, para no despertar al resto de personas normales que habitaban la casa.
A estas horas un viaje resulta aburrido, y lo que más deseas es llegar cuanto antes. Así, me dirigía directamente hacia la primera plataforma, pero cuanto atravesaba la ciudad de Béjar por la antigua nacional, me doy cuenta de que la salida al maratón, aún no se había dado. Aparco y con tremendos nervios, me dirijo hacia el parque donde están la decenas de corredores dispuestos a enfrentare a los 37km. Eché a correr para intentar ver la salida, y a algunos compañeros. Se aceleró el corazón, no sentí mucha envicia, si bastante emoción. Yo haré mi particular carrera en unos minutos.
Dejé el coche en la primera plataforma, poco después de Candelario, antes del Travieso, y empecé a caminar cuesta arriba. Mira que he estado veces por aquí, pero creo que jamás había subido en verano hasta arriba. Al menos no recordaba tanta "tierra", sendero o camino. Y sobre todo tanto hito!!!
Empecé a encontrar algunas marcas de la carrera, hasta el travieso, allí tenía dos opciones, ir directo a Hoyamoros y después volver por el mismo camino, o subir directamente a la cuerda del Calvitero, esperar allí al paso de la carrera y después moverme hacia el Torreón desde el Canchal de la Ceja.
Me decidí por esta segunda opción.
Acertada.
JAVI-JAVI-PACO (B-TRAIL)
Llegué con el tiempo justo de encontrarme con uno de los mejores momentos en mucho tiempo.
Descendí un poco en dirección a las lagunas del Trampal y al recuperar altura me encuentro con dos enormes amigos, Fernando y Guerra. Y los  tres nos fundimos en un abrazo y nos echamos unas fotos. Traté de contener la emoción de ver que estoy -pero no- en esta carrera. Traté de disfrutar de la oportunidad de encontrarme en parte de una de mis aficiones favoritas, e estar allí arriba, de volver a estar moviéndome por esas montañas.

Disfruté y me sentí feliz.
Muy feliz, tanto que no sabría cómo describir.
Definitivamente sentí que, otra vez, volvía a nacer.
Porque sólo si estás vivo, tienes la oportunidad de disfrutar de lo que realmente te gusta.
Y tengo claro de querer disfrutar.

Pero la emoción se reavivó cuando tras dejar a Fernando y Guerra, vuelvo a remontar en dirección de nuevo a la cuerda del Calvitero y al llegar de nuevo arriba, puedo distinguir una pequeña figura y otra un poco más grande que me resultaban familiares. Y allí apareció mi tocayo Javi con Paco. Esa pareja inseparabele que resulta ser la envidia de muchos. porque ¿a quién no le gusta tener una compañía tan incondicional como la que ellos se regalan? Hace tantosa años que conozco a Javi como años llevo haciendo ultras, y es que a el lo conocí entre el km 10 y 20 del primer UTSM y desde entonces hemos coincidido en buenas grandes. Admiro su forma de ver la vida y disfrutar de este deporte.

EL CALVITERO (2.401m)
Al fondo El Torreón (2.398m)














De nuevo vuelvo a remontar en busca de Juanfran en dirección al Canchal Negro y en el camino muchos me reconocen y me llaman y saludan. A veces me daba la vuelta y les acompañaba y animaba.
Desconozco si llegarían a acabar la carrera, mi deseo era que así fuera y disfrutaran del éxito, les transmití algunos consejos  me volvía a dar la vuelta.
Por fin encuentro a Juanfran que viene solo, sin Raúl, y le acompaño hacia la bajada a las lagunas, pero mi itinerario e desvía para seguir hacia el Calvitero (2.401m), Canchal de la Ceja (2.428m) y después el Torreón (2.398m), previo paso por el ya mítico Tranco del Diablo.
A lo lejos veía a Javi y Susi como un tiro de camino hacia una nueva victoria extremeña en el Ultrail.
En el Torreón esperé cerca de cuarenta y cinco minutos esperando a Juanfran para acompañarle hasta la primera plataforma, mientras me alimentaba con un buen bocadillo de pechuga de pollo empanado, que me supo a gloria. nunca he sido de llevar geles, y ahora menos, con eso de que tengan cafeína.
La bajada a Hoyamoros, sigue siendo un espectáculo, y el resto hasta "mi meta" fue tranquila con la compañía de mi paisano, el de la copi.
Emocionante fue también llegar hasta la pandilla Pirata en la primera plataforma. Incluso me legaron a animar a mi. Qué familia más grande. Qué bonito es tener gente que te acompañen de esta forma tan incondicional.
Qué bonito es saber que aún, en algún rinconcito, aún se mantiene vivo el espíritu montañero, que a veces me da la sensación de que se pierde con tanto evento deportivo.
Allí acababa mi misión de acompañar a Juanfran, ya sólo me quedaba disfrutar de su llegada y de la envidia -sana- de no haber podido ser uno de los participantes, de sentir esa sensación inexplicable de acabar una carrera, pero sin duda, disfrutando de superar la mía particular.
Porque no os quepa la menor duda de la inmensa felicidad que sentí al montarme en el coche de vuelta a casa.
Cada segundo recordaba cada paso dado durante el día, de cada carrera que disfruté en tanto años. Recordaba la buena gente con la que me he cruzado en este tiempo. Valoraba a cada uno de ellos. El abrazo y  la cara de sorpresa al encontrarnos allí arriba. su alegría de volver a vernos.
Eso, amigos, me dio un enorme empujón anímico. Porque esos son los valores que yo quiero.
Por eso, de verdad, os doy las gracias.



Por cierto, el domingo siguiente participé en mi primera carrera de 10k con Belén disfrutando los de de lo lindo. Entramos, segundo (yo) y tercera (Belén), si, empezando a contar por atrás, pero el éxito fuer rotundo, somo unos campeones!!!

EL RECORRIDO

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